11 años del día que pudo tener consecuencias inimaginables
- article47
- 15 abr 2019
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La caída de Lehman Brothers en 2008, la mayor bancarrota de la historia, puso de manifiesto los grandes errores cometidos en el mundo de las finanzas
Arnau Serrat Valentin

Así lo refleja Joris Luyendijk en su libro Entre Tiburones, Malpaso Ediciones, 2016. Una obra maestra del antropólogo y periodista que se instaló en Londres para analizar “un complejo archipiélago de islas que operan bajo una misma bandera”.
Un universo compuesto por tres mundos; gestión de activos, la banca y los seguros o, dicho de otra forma, la banca de inversión dónde localizamos a los cazadores y la banca comercial-personal dónde se encuentran los granjeros.
En este universo tan complejo, tan sólo el 5% de los trabajadores ganan cantidades indecentes de dinero, se trata de una carrera de resistencia sobretodo para conseguir las bonificaciones a final de año.
El sector en su conjunto se ha ido enfocando de manera cada vez más despiadada en busca de los beneficios y a costa de exprimir a los clientes. Pero todo este mundo se rige por el miedo y la inseguridad al no saber qué ocurrirá mañana.
La inestabilidad del sector pone de manifiesto unas condiciones nefastas para sus trabajadores quienes un día reciben una llamada de recursos humanos y deben dejarlo todo. Chantajes, o lo que para los tiburones es una indemnización mejorada, el objetivo es evitar demandas a cambio de renunciar a sus derechos. Tan sólo en España, desde el 2008 se han despedido a más de 83.000 personas y se han recortado en un 40% las oficinas según recoge eldiario.es (La crisis en el sector financiero se salda con el despido de 83.400 personas desde 2008, 27/04/2018) aún habiendo sido los mismos ciudadanos los que hemos rescatado dichas entidades bancarias.
Acertado título, pues el mundo de las finanzas podría definirse como un océano lleno de tiburones en busca de su presa. Animales sin piedad que perjudican a todos los peces que se encuentran inmersos en sus aguas.
Es bien cierto que el sector no goza de una buena fama, muchos de ellos incluso evitan decir dónde trabajan. El libro humaniza a todas esas personas que tienen unos principios como la cooperación, la confianza y la confidencialidad.
La profesionalidad, término muy usado en su obra, refleja su parte más oscura en este universo: “Mis clientes no son mala gente, simplemente son personas que han dejado de pensar en términos del bien o el mal. Son profesionales”.
El libro escenifica a la perfección los momentos de pánico y la crueldad del oficio a través del continuo relato de sus entrevistas, en ocasiones un tanto sobrecargadas dando lugar a detalles sin mera importancia.
Tratados como una mera mercancía para producir beneficios, nadie asume la culpabilidad de la última crisis económica. Pero ¿Han aprendido algo? ¿Están preparados para la próxima crisis financiera pronosticada en 2020 según la consultora JP Morgan?
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